miércoles, 25 de noviembre de 2009

BIOGRAFIA E INFLUENCIAS







BIOGRAFIA E INFLUENCIAS

Nombre:

Anthony Giddens


Fecha de nacimiento:


Enero 18, 1938


Lugar de nacimiento:


Londres, Inglaterra


Nacionalidad:


Inglesa

Ocupación:


Sociologo y Maestro



Giddens nació en el Reino Unido el 18 de Enero de 1938 en una familia de clase media baja en el norte de Londres, y fue el primer miembro de su familia en ir a la Universidad. Actualmente está casado y tiene dos hijos. Sus estudios de filosofía los realizó en la Universidad de Hull y en la London School of Economics –que dirige desde 1997-, cuando eran focos de la ultraizquierda en la década del `60. En 1976 fue admitido como profesor en Cambridge, pero durante sus 15 años allí fue nueve veces rechazado para una promoción. Algunos lo atribuyen a su origen humilde y miembro del consejo del Institute for Public Policy Research en su país.


Desde el punto de vista académico, los intereses de Giddens se centran en reformular la teoría social y re-evaluar nuestra visión del desarrollo y la modernidad. Entre sus aportaciones en esos ámbitos se cuenta la teoría de la estructuración y el estudio de los cambios que a nivel social conlleva el disociamiento del espacio y el tiempo, producto de los avances tecnológicos contemporáneos.

Impulsor intelectual de la Tercera Vía de Tony Blair, y con Will Hutton (tambien miembro del consejo de Institute for Public Policy Research), director del prestigioso rotativo dominical The Observer de Londres, son probablemente los dos pensadores de centro-izquierda más importantes del Reino Unido. hombres de acción con la voluntad de transformar lo que les rodea sin conformarse con describirlo.

En 1999 participó en los cursos Reith de la BBC, bajo el tópico Mundo desbocado (The Runaway World), reflexiones sobre la globalización.

Es autor de 31 libros y más de 200 artículos publicados en 29 idiomas. Entre sus libros más recientes destacan: Consecuencias de la modernidad, Modernidad e identidad del yo, La transformación de la intimidad, Sociología, Más allá de la izquierda y la derecha, In Defense of Sociology y La tercera vía: la renovación de la socialdemocracia. La tercera vía ha sido ampliamente debatida por autoridades académicas y políticas de todo el mundo. Su último libro “On the Edge” incluye un fuerte debate con Will Hutton, el otro pensador del nuevo Laborismo y creador del concepto de “Capitalismo de participación”. Podemos afirmar que sus últimas producciones apuntan al desarrollo de una política de vida interesada en la realización del yo tanto individual como colectivo y que surge a la sombra de la política emancipatoria.

Galardonado con el Premio Príncipe de Asturias, en la categoría Ciencias Sociales en el año 2002.

En junio del 2004, le fue concedido el título de Barón Giddens de Southgate, en el London Borough de Enfield

A Giddens se le tiene un gran respeto por haber tomado su influencia y reinterpretado las ideas de clásicas de la teoría social de Emile Durkheim, Max Weber y Karl Marx. Al mismo tiempo le dio la espalda a la influencia del funcionalismo y positivismo que tenían estos autores. Durante las décadas de los setentas y ochentas Giddens se enfoco en una teoría estructuralista en el libro “New Rules of Sociological Method and The Constitution of Society” publicado en 1984.

Las ultimas ediciones rondan alrededor del tema de la globalización, a un grupo multidisciplinar de diez expertos de primera categoría con contribuciones de gran calado, como la del financiero George Soros, del pensador Manuel Castells o del sociólogo Ulrich Beck, a las que anteceden y cierran sendos diálogos entre Anthony Giddens y Will Hutton. Gracias a la ágil exposición de todos los autores, varias ediciones nos ofrece un vertiginoso recorrido por los grandes temas de la globalización, y logra con ello sin lugar a dudas una obra fundamental para comprender las dinámicas fuerzas que están moldeando el presente y determinarán el futuro.



Marco Teórico

GUÍAS DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL


Toda investigación social presenta por fuerza un aspecto cultural, etnográfico o antropológico. La condición para entrar en el campo de la ciencia social es llegar a saber lo que ya saben –y tienen que saber- los actores para -ser con- en las actividades cotidianas de una vida social.

Es importante en investigación social estar atento a las destrezas complejas que los actores despliegan para coordinar los contextos de su conducta cotidiana. Es posible que el curso de una vida social resulte muy a menudo predecible ya que las consecuencias y condiciones siempre deben ser interpretadas dentro del fluir de una conducta intencional.

El analista social también debe mostrarse sensible a la constitución espacio-temporal de una vida social. El investigador comunica un saber nuevo del que antes no disponían los miembros de una comunidad social o sociedad.


TODOS LOS SERES HUMANOS SON AGENES ENTENDIDOS


Los actores sociales están concientes sobre las condiciones y consecuencias de lo que hacen en su vida cotidiana, a su vez siendo capaces de explicar discursivamente lo que hacen y las razones de su hacer. Los actores sociales poseen un entendimiento inmerso en una conciencia práctica. La racionalización de una conducta sólo se da cuando otros preguntan al individuo respecto a su actuar; siendo las preguntas formuladas si la actividad en cuestión es por alguna razón enigmática: si se burla o aparta de las convenciones.

El entendimiento de los actores humanos está siempre acotado en parte por lo inconciente y en parte por las condiciones inadvertidas / consecuencias no buscadas de la acción.


ESTUDIO DE LA VIDA COTIDIANA


El estudio de una vida cotidiana es parte esencial del análisis de la reproducción de prácticas institucionalizadas. Empero, las conexiones más complejas de la vida social se deben comprender por referencia a una interpretación de integración social y integración sistémica y no con base en la cotidianidad.

La forma predominante de actividad social cotidiana es la rutina. En la escenificación de rutinas los agentes sustentan un sentimiento de seguridad ontológica.


MARCADORES


Se refieren a las identidades sociales, y las relaciones de postura-práctica asociadas con ellas. Se asocian con derechos normativos, obligaciones y sanciones que, dentro de colectividades específicas, dan lugar a roles.


CONCEPTO DE PODER


Para Giddeens el poder es un concepto elemental, se debe de estudiar a la par de los conceptos más básicos de la ciencia social. El poder es el medio de obtener que se hagan cosas y, como tal, está directamente envuelto en la acción humana. Los conflictos más enconados en la vida social se ven como luchas de poder. Estas luchas se pueden considerar como intentos por modificar las modalidades de control.


ANÁLISIS DE UNA CONDUCTA ESTRATÉGICA


En un análisis institucional, propiedades estructurales se miran como caracteres de sistemas sociales que se reproducen inveteradamente. En el análisis de una conducta estratégica, el foco se pone sobre las modalidades con que unos actores utilizan propiedades estructurales en la constitución de unas relaciones sociales. El análisis de una conducta estratégica supone otorgar primacía a una conciencia discursiva y práctica.



Recesión, cambio climático y planificación

TRIBUNA: ANTHONY GIDDENS

Recesión, cambio climático y planificación

ANTHONY GIDDENS 03/04/2009

Elpais.com

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Recesion/cambio/climatico/planificacion/elpepiopi/20090403elpepiopi_4/Tes

En la actualidad, el cambio climático y la actitud que hay que tomar ante él son cuestiones que no dejan de aparecer en las noticias. Lo mismo ocurre, claro está, con la recesión económica, de alcance igualmente mundial y por sí sola enormemente preocupante. ¿Pero qué relación puede acabar estableciéndose entre ambos problemas?

Según Sigmund Freud, cualquier crisis puede suponer un estímulo para la parte positiva de nuestra personalidad, siendo una oportunidad de empezar de nuevo. Y esto es algo que no se les ha escapado a los dirigentes políticos. Siguiendo el ejemplo del presidente estadounidense Obama, muchos se han apuntado a la idea de un New Deal del cambio climático. Se entiende que la inversión en tecnologías que producen pocas emisiones de dióxido de carbono, el aislamiento de los edificios y el uso del transporte público pueden ser cruciales para volver a poner en marcha la economía.

Nick Stern, autor del célebre Informe Stern sobre la economía del cambio climático, señala que a esas medidas tendría que destinarse por lo menos el 20% de los fondos para planes de recuperación. Las propuestas de Obama se quedan un poco cortas a ese respecto. Pero algunos países están destinando mucho más. Corea del Sur, por ejemplo, dedica a medidas de ese tipo un mínimo de dos tercios de su plan de recuperación.

Yo soy partidario de ese New Deal del cambio climático y confío en que produzca el doble beneficio que se pretende (que, en realidad, sería triple si los países consiguieran también reducir su dependencia respecto al crudo importado). Sin embargo, el efecto estimulante del que hablaba Freud debería galvanizarnos para que nuestras ideas y nuestros actos se orientaran a un frente mucho más amplio.

Nos encontramos en el punto culminante de una gran revolución, la de la inminente desaparición de la economía dependiente del crudo. Ha llegado el momento de ponerse a evaluar sus posibles implicaciones, que van desde lo práctico y lo prosaico hasta aspectos especulativos y de mayor alcance.

En lo tocante a lo práctico, hay que prestar mucha atención al empleo. Según sus partidarios, el New Deal del cambio climático creará por sí mismo nuevos puestos de trabajo. Yo no estoy tan seguro de ello si, como debería ser, estamos hablando de empleos netos, es decir, de más puestos de trabajo que antes. Al incrementarse la cantidad de energía producida con medios que generan menos emisiones de dióxido de carbono, y con ella la eficiencia energética, algunos trabajadores de sectores ligados a la producción de combustibles fósiles, como el carbón, se quedarán sin empleo. La mayoría de las innovaciones tecnológicas, más que incrementar la necesidad de mano de obra, la reducen.

Los puestos de trabajo los crearán menos las propias tecnologías renovables que los cambios de forma de vida resultantes de afrontar el cambio climático y de incrementar la seguridad energética. Cambiarán las sensibilidades y con ellas los gustos. La nueva economía será todavía más radicalmente posindustrial que la que ahora tenemos. Al igual que se encontraron formas de revitalizar zonas portuarias de las que ahora se ha evaporado el sector naviero, de los empresarios dependerá la labor de detectar las oportunidades económicas que traiga consigo la expansión.

Al reflexionar sobre qué tipo de recuperación debería permitirnos salir de la recesión, tendríamos que pensar seriamente en la naturaleza del propio crecimiento económico, por lo menos en los países ricos. Hace tiempo que se sabe que, por encima de cierto nivel de prosperidad, el crecimiento no conduce necesariamente a un mayor bienestar personal y social. Ahora es el momento de añadirle al PIB criterios más equilibrados para calibrar el bienestar y de darles una auténtica resonancia política. Ha llegado la hora de plantear una crítica sostenida y positiva del consumismo, que pueda tener peso político. Ahora es el momento de descubrir cómo garantizar que la recuperación no conlleve un retorno a una sociedad inundada por el dinero.

El periodo de la desregulación thatcheriana ha terminado. El Estado ha vuelto. Necesitaremos políticas activas de industrialización y planificación, centradas en las instituciones económicas, pero también en el cambio climático y en la política energética.

Sin embargo, habrá que evitar los errores cometidos por anteriores generaciones de planificadores. Aquí también aparecen varios problemas. Pensemos, por ejemplo, en las tecnologías renovables. Si en algún momento los combustibles fósiles pasan a la historia, la tecnología tendrá que cambiar drásticamente. Sin embargo, ¿cómo van a decidir los Gobiernos qué tecnologías hay que respaldar? ¿Cómo pueden enfrentarse al hecho de que, como ocurrió con Internet, es frecuente que nadie prevea las innovaciones tecnológicas más trascendentales?

Tenemos que encontrar un nuevo papel para el Gobierno, pero también para los mecanismos de mercado. De repente, los complejos instrumentos financieros, a los que se culpa de la debacle en los mercados, han pasado de moda. Sin embargo, seguiremos necesitándolos, porque, en realidad, con la regulación adecuada, en lugar de ir en contra de la inversión de larga duración, son la clave que la posibilita.

Pensemos en el caso de los seguros que cubren daños ocasionados por fenómenos meteorológicos extremos como los huracanes caribeños. Esos episodios serán más frecuentes y más virulentos, ya que es prácticamente seguro que va a producirse cierto cambio climático. Para lidiar con los daños que se registren, será muy importante que, sobre todo los más pobres, cuenten con seguros que los cubran. Las aseguradoras privadas tendrán que proporcionar gran parte del capital, ya que sus muchas obligaciones en otros sectores las convierten en una garantía a la que sólo se recurrirá en última instancia.

Al final, nos topamos con el origen de todo esto, la globalización, que ha avanzado a marchas forzadas sin someterse a los adecuados controles internacionales. El futuro exige una regulación eficiente de los mercados financieros mundiales, que quizá podría allanar el camino para la colaboración esencial que se precisa para enfrentarse al cambio climático (a este respecto, cuando 200 países se preparan para las reuniones que en diciembre patrocinará la ONU en Copenhague, también habrá que replantearse muchas cosas). A manos de la crisis financiera y sus secuelas, arraigadas formas de pensar han sufrido una sacudida que podría y debería ser de enorme importancia. Nos encontramos al final del fin de la historia.

Anthony Giddens, sociólogo y divulgador de la Tercera Vía de Tony Blair, fue director de la London School of Economics. Su nuevo libro es The Politics of Climate Change. Distributed by Tribune Media Services. Traducción de Jesús Cuéllar Menezo. © Global Viewpoint.

DUALIDAD DE LA ESTRUCTURA

DUALIDAD DE LA ESTRUCTURA

El Eje de la teoría de la estructuración es la dualidad de la estructura: La estructura no es un ente supraindividual como en el funcionalismo, sino un recurso anémico de como resolver problemas cotidianos que garantiza 'seguridad ontológica' cada vez que se actualiza (o utiliza), o sea, expectativas estables; la estructura determina tus acciones (la Estructura estructura), como en el funcionalismo, pero el exito o fracaso de tus acciones retroalimenta y modifica a la estructura (la estructura se estructura, es estructurada y reestructurada) en la medida en que , como conciencia, mantienes un perpetuo REGISTRO REFLEXIVO DE LA ACCIÓN en función del cual evaluas tu desempeño y lo mantienes o lo alteras, o sea, cambias tus expectativas; de este modo , Giddens consigue explicar simultaneamente el cambio social y la estabilidad, estableciendo que la sociedad no es algo dado, sino que debe recrearse en cada momento, con cada acción
Si la estructura es un recurso mnemotécnico ¿Como puede ser colectiva? por el exito colectivo, las soluciones que se generalizan y por un efecto de profecía de autocumplimiento: todos creemos que esas soluciones sirven y por eso mismo sirven (de nuevo, Luhmann dice por operacion recursiva), y se manifiestan en la forma de lo que llamamos sentido comun (conocimiento de la situación), lo que Giddens llama conocimiento mutuo: todos los presupuestos acerca del otro y la rutinización, el hecho de que tenemos toda nuestra vida organizada en tiempos y 'locales', sitios asociados a expectativas y reglas que, por lo demas, impiden que participemos en otros.

Fenómeno Actual. Cambio climático.

Los cambios climáticos cada vez más extremos que sufrimos en nuestro planeta, es un tema que los últimos años ha sonado por todos los medios y a invitado a personas, empresas y naciones a comenzar programas que ofrezcan soluciones a este problema.

Nosotros conscientes de lo que hacemos día a día hemos contribuido a afectar nuestro planeta y generar los cambios climáticos que en la actualidad estamos viviendo. Empresas e industrias lo han afectado mucho. Los países no han tomaron las medidas adecuadas para prevenirlo.

Pero se puede lograr un cambio en nuestros actos, y Giddens está convencido de que debe empezar por nosotros como individuos, y eso lo llevará a lograrse a nivel social. Giddens habla de que somos conscientes de nuestros actos todo el tiempo. Si ya lo somos, ahora sólo hay que actuar en coherencia a ello y empezar a cambiar nuestras rutinas y costumbres.